Crhistopher Nolan ha conseguido sorprenderme dos veces. La primera, con su genial Memento, me mantuvo pegado a la butaca casi sin rechistar durante toda la película. Salí del cine francamente impresionado, no ya por la calidad de la película (que era bastante alta), sino por la enorme originalidad de la misma. Cuando acudes al cine, muchas veces ves buenas películas, pero no te terminan de llenar porque son historias que más o menos has visto en otras ocasiones. El argumento de Memento es novedoso (el del hombre que pierde la memoria cada media hora), pero cómo nos cuenta Nolan esa historia es lo realmente novedoso
La segunda ha sido con Origen. Me habían llegado comentarios de película, compleja, difícil de seguir y algo confusa, incluso llegué a oír que competía en complejidad con Matrix.
Creo que nada de esto es cierto, la película se desarrolla con bastante fluidez y un alto ritmo de rodaje que, de nuevo, te hace estar pegadito a la butaca sin moverte. Si que reconozco que algunos aspectos “técnicos” que comentan los personajes acerca del mundo de los sueños en el que se desenvuelven, se le pueden escapar al espectador, pero no afecta en exceso al núcleo de la película pudiendo seguir su desarrollo sin demasiados problemas.
Los actores están bastante bien, aunque hay algo que no termina de funcionar, es la relación entre Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) y la “arquitecta”, personaje interpretado por Ellen Page. Da la sensación que el guionista tenía prisa por que intimaran y apenas se conocen te encuentras a Cobb haciendo confesiones sobre su vida privada, si bien es cierto que estas confesiones tendrán su repercusión al final de la película, pero hay algo que chirría en la forma en la que se producen.
No he podido evitar encontrar un cierto paralelismo entre el personaje de Leo DiCaprio y el que él mismo interpreta en Shutter Island. Se trata de un personaje con un pasado tormentoso y relacionado también con su mujer e hijos, teniendo ambos films varios flash-back en los que se cuenta la historia previa. Es curioso por que en ambos films el comienzo es el mismo: la cara de Leonardo impregnada de agua.
En definitiva, es una película ambiciosa y que corresponderá a los espectadores que deseen pasar una buena sesión de cine.
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