jueves, 24 de marzo de 2011

El discurso del rey


La segunda vez que fui a ver esta película me llamó poderosamente la atención el encuadre de los primeros planos en las conversaciones de Bertie con Lionel.
El actor aparece ligeramente hacia el lado izquierdo de la pantalla dejando ver el color ajado de la deteriorada pared de la consulta del especialista en defectos del habla. Esos mismos planos se repiten en la casa de Lionel en una breve charla que mantiene con su esposa después de la cena.
Me llamó la atención ya que demuestra una fotografía muy cuidada y esmerada, tanto en la composición como en la luminosidad. Al observar quien es el responsable de todo esto veo el nombre de Danny Cohen como responsable de la fotografía, el cual no me dice mucho (un completo desconocido para mí), pero hace que otras películas en las que ha intervenido adquieran un gran interés a partir de ahora.

De la misma forma la escena inicial en la que el locutor se prepara concienzudamente para pronunciar unas breves palabras es también una verdadera obra de arte.

Digo que todo esto fue en la segunda vez que la ví porque en la primera la historia me absorbió por completo y no reparé mucho en los detalles de la fotografía. Es una película que engancha desde el primer momento, te sientes identificado con el personaje de Colin Firth (en el papel de su vida), sientes tuyo cada uno de sus tartamudeos titubeantes y esperas casi con desesperación que el bueno del Dr. Logue puede ayudarle.
También es muy destacable la gran actuación de Helena Bonham Carter, que me da la sensación que cada vez que se aleja de su marido borda el papel. Es esa mujer abnegada que apoya, ayuda y aconseja a su esposo, y que sabe como nadie lo mal que lo pasa ante un micrófono.
Creo que estamos ante una película como pocas y como hace mucho tiempo que no se veían en los cines. El tiempo le hará justicia y la pondrá en el sitio que la corresponda, que a buen seguro que será muy arriba.